Se cocina el maíz con agua y se le agrega cal, esto hasta el punto en que el maíz pierde su cáscara(delgada capa que cubre al grano) después de eso se manda a los molinos de Nixtamal de los cuales se obtiene la masa con la que se elaboran las tortillas. Se busca que la masa tenga un punto de espesor en que sea maleable o manejable y se hacen pelotitas de masa que caben en la palma de la mano y se palmean girándola, tratando de formar la tortilla en una forma redonda (actualmente existen maquinas que las hacen automáticamente) se colocan en el comal (superficie antigua hecha con barro o arcilla) que actualmente es de una plancha de metal que puede calentarse con leña o gas según la opción. La superficie del comal debe tener una textura lisa, y se le pasa un poco de agua con cal para que la tortilla no se adhiera al mismo, la tortilla se coce en un promedio de 4 a 5 minutos en ambos lados y esta lista para comer. Es el alimento que en algunas mesas ha sido sustituido por el pan(de acuerdo a el nivel económico de la familia).
No se sabe con certeza la fecha ni quiénes fueron los primeros en elaborarlas, lo que sí es un hecho es que las melcochas son el dulce patrimonio que durante el siglo pasado fue la base económica de la villa de San Esteban Catarina, en San Vicente.
Las melcochas son unos coloridos dulces de textura gruesa y pejagosa, hechos con una mezcla de atado de dulce de panela, agua y jugo de limón. La melcocha es considerada el dulce más típico y representativo de El Salvador.
Según los ancianos del pueblo, las primeras melcochas eran grandes —del tamaño de un yagual— y cada vendedora andaba un “cuto” (especie de corvo sin punta) para cortar los trocitos que vendían a un cuartillo, cinco centavos o un real (12 centavos), dependiendo del tamaño.
En ese tiempo estos dulces eran color café, sin los tonos multicolores que hoy los caracterizan.
La idea de ponerles color para hacerlos más llamativos fue de don José Otoniel Palacios, un Estebano que agregó a la mezcla tradicional esencias de sabores y colores.
Así, la creatividad de los artesanos ha venido agregando nuevos ingredientes a las melcochas originales, tales como vainilla, cacahuete, canela y ajonjolí, que le dan un sabor delicioso a este dulces
En una olla sobre fuego moderado, revuelva el agua con la mantequilla y el azúcar hasta que ésta se disuelva. Siga cocinando a fuego lento sin revolver, hasta que unas gotas en un vaso de agua fría formen una hebra suave quebradiza. Vierta la melcocha sobre una bandeja o mármol engrasado, deje que se enfríe lo suficiente para manejarla, agréguele por gotas la vainilla o menta y colorante vegetal. Unte mantequilla en las manos, hale la melcocha, doble y vuelva a halar torciéndola hasta estar cremosa y casi sólida. Corte en trocitos o haga barritas largas y envuelva en papel celofán.
Cuando se habla de gastronomía salvadoreña, las pupusas se llevan el puesto de honor. Estas tortillas de maíz rellenas con diferentes ingredientes son las más fieles representantes de la cocina de nuestro país.
Para calcular la cantidad de masa, son dos cucharadas de masa por cada pupusa, poniendo a cada una, 1 cucharada de relleno o más. Sí va a cocinar el maíz: 2 libras de maíz, agua del chorro, dos cucharadas de cal.
En una olla grande coloque el maíz crudo lavado, cubrirlos con suficiente agua y cal, cocine tapado a fuego mediano durante unos 45 minutos o hasta que ya esté algo suave, después lávelo nuevamente y molerlo.
Procedimiento para preparar las pupusas, una vez tengamos la masa lista (puede comprar la masa ya lista).
Teniendo la masa lista, puede seguir dos procedimientos: hacer de 2 tapas separadas, que es la más fácil para las personas que no somos expertas en palmear o hacerlas en forma boleada. Vamos a mencionar las dos maneras:
1ª) Se toma un poquito de masa más o menos una cucharada para una tapa, la bolea y la pone sobre un papel plástico y allí las aplasta con huacalito o con algo liso del fondo, le quita el plástico y pone el relleno, de frijoles o chicharrón o queso y la tapa con otra tapadera que ha hecho en igual forma; trate de no untar las orillas con el relleno porque no le pegará; junte las dos tapaderas de las orillas, la separa del plástico y los pone en un comalito, de metal o barro, en cocina eléctrica o de gas, que son las mas practicas. Unte de Manteca el comal para que no le pegue, sobre todo al principio, a veces lo limpian con una tuza o brocha. Esté limpiando el comal porque se pega cuando se sale alguno de los rellenos. Esto es un sistema.
2°) También puede bolear, más o menos unas dos cucharadas de masa, bolee la masa, se ahueca la mano y presione con sus dedos la masa; allí en esa depresión se coloca el relleno, se cubre bien con las orillas y se palmea con mucho cuidado que no se le salga la pasta. Cocine siempre en el comal. Carla pupusa lleva más o menos 2 cucharadas de masa y una cucharada colmada de relleno. Salen seis pupusas de cada taza de masa. Antes de empezarla a preparar, amase la masa y si necesita moje sus manos, para hacerla mas dócil recuerde no dejarla muy mojada, porque se le pegará en las manos. Otra forma es que cuando tenga la depresión, recoja de las orillas de la masa a formar como un matate y quite el sobrante de masa, y vuelva a palmear a darle forma redonda.
EL RELLENO PUEDE SER DE: Relleno de ayote, de chicharrón, de queso, mixtos de frijoles. También puede ser de queso y loroco, de queso y chile verde, de carne y de pescado, de pollo, de queso y hojas de mora, de queso y de flor de chipilín, de queso y de flor de ayote. Las hay de masa de camarón también.También están las pupusas de queso y de los cogollos tiemos de papelillo o San Nicolás, siempre sudaditos, un tomate, cebolla, chile verde. El secreto es que todos \os re tienen que estar fríos para poderlos manejar, porque si no se les derrite, si el fríjol o de lo que va a rellenar esta caliente, se le derrite y no queda bien.
Tienen que estar completamente fríos. Los rellenos los prepara con tiempo, los guarda en refrigeración y ya fríos comienza a preparar sus pupusas. Puede prepararlas también de pasta de pescado y camarón: prepare igual que los del chicharrón.
El atol shuco es una bebida típica que te vendría perfectamente en una mañana muy fría o después de una noche de parranda. Para que te sepa mejor acompáñala de frijoles cocinados con anterioridad en olla de barro y pan francés recién salido del horno.
Muela el maíz bien lavado y déjelo reposar al ambiente. Agregue 10 tazas de agua, mézclese bien y cuele en manta, agregue la sal y cocine sin dejar de moverlo por 30 minutos. Sirva cada porción con algunos granos de frijoles salcochados y drenados, una gotas de chile líquido y una cucharada de alguashte.
Agregando la sal, el azúcar y la manteca a los granos de elote, se muelen en molino, el resultado es una masa un tanto liquida (charo) lo que no debe preocuparte. Se cortan las hojas de huerta en trozos de 30 por 30 centímetros aproximadamente y se pone en el centro dos cucharadas de masa de rigua cruda, se dobla la hoja en dos partes dejando la masa adentro y se pone de lado sobre la plancha o comal a fuego lento durante 5 minutos cada lado, hasta que endure. Se pueden comer inmediatamente o guardarse para más tarde si es el caso se puede calentar en el mismo comal o plancha o bien a las brazas. Esta receta rinde para diez unidades y al servirlas viene de maravilla acompañarlas con crema y queso al gusto o con una cuajada.
Ablande las tortilla sobre un comal o plancha, corte por mitad las tortilla y luego por la parte cortada haga un corte plano como un ranura, mezcle los quesos con el loroco o el chile verde y ponga al gusto este preparado en las tortillas (adentro de la ranuras).
Separe las claras de las yemas y bátalas, al estar a punto agregue las yemas y bata nuevamente, envuelve en este huevo las chilaquilas y póngalas de inmediato al aceite hirviendo y fría por ambos lados (tres centímetros de espesor el aceite) es recomendable hacer este procedimiento directamente con las manos. Al estar doradas póngalas a hervir en una olla con salsa salvadoreña y a disfrutar cuando termine con todas prepare la salsa en la misma cacerola donde ha sofrito las chilaquilas.